A un trato personalizado, digno, oportuno, humano y ético.
A no ser discriminado por su raza, política, cultura, credo religioso o por su propia situación de salud.
A recibir una atención segura y de excelente calidad.
A ser informado de todo lo relativo a su atención, teniendo en cuenta su estado emocional y nivel de aprendizaje y a suscribir consentimientos informados.
A una comunicación clara y comprensible.
A la privacidad y al manejo confidencial de la información de sus resultados.
A expresar y a que se tengan en cuenta sus deseos, necesidades y decisiones relacionadas con el proceso de atención.
A solicitar una segunda opinión.